Voy ataviada de sangre inocente.
Dicen que la guerra hace humanos
aunque parte de mí ha muerto en ella.
El cantar de las balas acompaña
ese gris manto de los sin vida.
Partí por mi patria
sin tener religión o enseñanza.
Bebo mis años frescos
amamantándome de armas.
Mi sombra hambruna, cuerpo de
dolor y rabia.
Vuelvo a mi ayer,
Ya no me aguardas. Retornaste
con otras almas, lejos
de los campos de batalla.
Carmen Puerta