Habitación 177
Me hablaron tus ojos
chispeaban mientras recorrían
discretamente mis labios,
susurraban tus manos
nerviosas escondidas
entre las horas que columpiaban
la tarde.
Tu sonrisa acariciaba mi pelo
y no existía nada
alrededor de todo…
He dejado la luna
para pasear contigo
dentro de ese universo
nómada que recorres.
Siento…
Confusión y deseo
espacio compartido
de vainilla y sabor
a negro chocolate.
Soy cobarde...
Guardo tu recuerdo nómada,
marcho, sin mirarte y viendo
como el reflejo de lo vivido
es pasado sobre el espejo de mi imagen.
No dejo que mi mente pregunte:
-¿Me amaste?-
Me hablaron tus ojos
chispeaban mientras recorrían
discretamente mis labios,
susurraban tus manos
nerviosas escondidas
entre las horas que columpiaban
la tarde.
Tu sonrisa acariciaba mi pelo
y no existía nada
alrededor de todo…
He dejado la luna
para pasear contigo
dentro de ese universo
nómada que recorres.
Siento…
Confusión y deseo
espacio compartido
de vainilla y sabor
a negro chocolate.
Soy cobarde...
Guardo tu recuerdo nómada,
marcho, sin mirarte y viendo
como el reflejo de lo vivido
es pasado sobre el espejo de mi imagen.
No dejo que mi mente pregunte:
-¿Me amaste?-
Carmen Puerta
Qué bien manejas ls distancias cortas, esas en que los hombres solemos ser tan torpes...y cómo os pone ver a un tío llorar, ein? Me gusta el poema por todo lo que roza sin apretar...
ResponderEliminarlas lagrimas son susurros de sensibilidad, quizas es mas dificil verlas en un rostro masculino, pero suele ser porque llorais en silencio.... sonrio si te gusta.
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