jueves, 13 de enero de 2011







A veces las palabras son mordiscos voraces
que desgarran lo más íntimo, donde no llega
la intrépida conciencia.
Distingo en lo sombrío la luz pasada de sus pasos
la sonrisa en forma de escudo contra la tormenta.
-descubro-
Aquello que deja olor a miel de oliva
estrujando una madruga.
Soy una condena a muerte
cuando se agrieta el alma.
Me convierto en cristal de murano
formados por minúsculos momentos vividos
dentro de un recuerdo que debo callar
llamado amor.


Carmen Puerta

domingo, 19 de diciembre de 2010


Mamo teta andaluza rojo oliva
que me preña de gente buena,
sonidos que dejan de ser opacos
embriagando el aire mientras
Granada me coge la mano.
Al parir vienen lentos los dolores
de un parto anunciado,
colapsan mi respiración, sufren pérdidas,
duelen, sienten, gritan…
He parido amor, escarchas dulces
que hilvanan las sensaciones pasadas,
he parido un querer lejano de gente
que ya forma mi sombra.
Saco mi pecho y amamanto el recuerdo
con leche de versos,
mis dedos rozan el pezón de extraños
transformados en parte de mi espíritu,
cada succión es sorbo amigo,
cada aspiración una expiración de besos,
y miro y comprendo
que me preño el diástole
andaluz de la vida.
Carmen Puerta

lunes, 29 de noviembre de 2010




Con la bastedad de quien no sabe,
ante su presencia en una fosa abisal
despertaba la flor de loto .
Fauna cetácea colorea
de ámbar la arena.
Plantón marino abría sus algas
con la osadía de un viejo marinero,
aguas muertas, batientes de aceite
de mar gruesa dejaba montuosa
la mejilla sonrojada de loto.
Nada era pelágico ni distante dentro del
infinito ultramarino que se había convertido
su pétalo, abierto por fin al descaro
erizado de quien engrosa liquido pelágico.
Por fin, encrespada amaino sobre la roca
desafiante que la hacía mugir como salitre
en un acantilado de madrépola,
ya llegaba el momento
y loto bajo escollo, rompió peñascos y atolones
cubriendo de coral el islete que naufrago
entre sus brazos,
habiendo sentido el amor
en el atolón que permite el abordaje,
se convirtió en arboleda

Carmen Puerta

lunes, 18 de octubre de 2010



cuando me robas el sueño de recuerdos
la noche cabalga sobre el tiempo
dudando de un presente que ambula
en lomos de momentos caducados


dejaste una rendija al quizás
un esqueje que se agarra en el sembrado
gotas de besos en la espalda de mis labios
gemidos de entrañas arrancados

ahora vestida de silencio
cubriéndome con el callar de los secretos
decido esculpir entre sollozos
aquello que enterré aun sintiéndolo

lejos de mi te hayas
mas lejos continúas sin sonido
amamantado con el rumor de aquellos besos
fulminante desnudo de pasados
Carmen Puerta

domingo, 10 de octubre de 2010


Hoy subo a tus manos,
Como el alpinista escalando
la cumbre deseada.
Caproné entre tus dedos,
ascendí sin encontrar escalones de hielo.
Vistiéndome de andinista,
descanse entre una noche
de abril y dos olivos.

Encontré un fósil de pasión
capaz de despertar un glaciar
entre la penumbra de la noche.

Ausente de tiempo
me situé en el corazón
con el canto de unas golondrinas,
-el más alto-
y escondía cientos de besos
llenos de agua.
Bebí hasta saciarme
de risas
y palabras,
-bellas palabras-
silenciadas en su forma pragmática.

He descendido
-hechizada-
encontrando entre mis dedos,
la huella dibujada de un corazón.
Carmen Puerta

domingo, 3 de octubre de 2010


Hoy has paseado por mi cabeza
Desde que ha salido el devorador de la noche hasta que acaba de ponerle el traje de fiesta a la luna.
Hoy no he dejado de pensarte, tu paz, tu calma, quizás el no saber de tu orilla me acerca a ti sabiendo que me esperan.
Hoy he querido ser parte de ese otro lugar porque allí el sufrimiento no existe, no debes cuestionarte nada que no sea un remanso de calma donde las olas no se ponen nerviosas.
Hoy más que ningún día he estado a punto de tirar la toalla pero no me has dejado, han llamado a la puerta y me han recogido los brazos del cariño donde he podido acurrucarme hasta que te he visto marchar.
Hoy no a sido querida mía, ambas sabemos que tendremos el momento….
Carmen Puerta

jueves, 23 de septiembre de 2010


A veces las palabras son mordiscos voraces
que desgarran lo más íntimo, donde no llega
la intrépida conciencia.
Distingo en lo sombrío la luz pasada de sus pasos
la sonrisa en forma de escudo contra la tormenta.
-descubro-
Aquello que deja olor a miel de oliva
estrujando una madruga.
Soy una condena a muerte
cuando se agrieta el alma.
Me convierto en cristal de murano
formados por minúsculos momentos vividos
dentro de un recuerdo que debo callar
llamado amor.


Carmen Puerta