viernes, 8 de enero de 2010

Sombra caléndula



No quiero que seas agua empantanada
en el estanque de mi vida sin nenúfar,
no quiero ser billete caducado
en el tranvía de tu imagen,
porque no quiero,
ser pan rancio, pan negro o vino agrio
que se pica, cuando la madera
deja nudos de nostalgia pulida.

No quiero ser deseo que baña
un recuerdo adolescente en el tejado,
ni seiscientos
con la estampa de San Cristóbal.
No quiero ser orgasmo de una luna
en tu cama de seda blanca,
ni ser minuto, segundo o reloj,
en el aburrimiento de tu espacio.

No seré el disfraz de un – quiero abandonado-
en la calma pergamina del desierto.
grito y digo -¡ No quiero!-
Deseando ser Ferrari descapotable
Bermellón pasión salvaje,
Tatuaje impermeable
en tus besos cían campanula,

No quiero cubrir tu soledad
cuando encadena el aislamiento.
aunque no sabes- amado mió-
-que solo quiero ser-
tú sombra caléndula
y amarte.




carmen puerta