domingo, 26 de febrero de 2012


Voy ataviada de sangre inocente.

Dicen que la guerra hace humanos

aunque parte de mí ha muerto en ella.

El cantar de las balas acompaña

ese gris manto de los sin vida.

Partí por mi patria

sin tener religión o enseñanza.

Bebo mis años frescos

amamantándome de armas.

Mi sombra hambruna, cuerpo de

dolor y rabia.

Vuelvo a mi ayer,

Ya no me aguardas. Retornaste

con otras almas, lejos

de los campos de batalla.


Carmen Puerta