domingo, 6 de mayo de 2012


Posaría cinco lunas en la espalda de tu nombre,
con el número de la espiritualidad,
el color de los hambrientos  sin caricias
y  las ausentes formas de te quieros.
Dejaría  delante del tiempo besos de uva,
fresas de besos,
nata dulce de recuerdos
de los que no caducan,
 de los que pueden guardarse
cientos de soles y miles de años.
No cambiaría nada de lo no vivido,
abrazaría las  regaladas veces
que tus manos han cruzado  
                            la frontera de mi alma…

Carmen Puerta