
duelen los recuerdos, que amontonan vida
detrás del paredón ausente de los cipreses.
el silencio se viste entre carcomas y pasados,
tus besos, caen en el olvido como lo hacen
las hojas caducas del solsticio.
llegara la flor del almendro
envolviendo lágrimas de sal,
en el equinoccio de otros labios.
volverán las golondrinas perdidas de los poemas.
algún día. cuando el sol abra los ojos
me levantare del olvido,
comenzare a caminar en otro norte,
bajo otra sombra.
habrás perdido, no la vida,
ni siquiera lo insignificante
que fue un amor como el mío,
habrás perdido, no tu último tren.
Solo el latido que en mi pecho
pronuncia tu nombre.
CARMEN PUERTA