domingo, 4 de abril de 2010


Tras de mí , las huellas dolomías,
el volar del viento sobre
calcerenitas del oeceno.
Respiro y bebo sol mientras
aspiran inmóviles los servales.
Transcribo momentos
y tu pelo me roza haciéndonos
parte de la quebradiza tierra
hundiendo mi quietud
cuando el momento se mueve.
Va cayendo gotas queriendo
borrar el día obligando al cielo
a que todo se haga silencio.
La orla espinosa se transforma
en comunidades séricas,
las hamadriadas, incluso nosotros
somos ya dólmenes del mismo balcón.
Quiero encarcelarlos en mi retina
regresando con la sensación de que fui capaz
por un momento de detener el tiempo.

Carmen Puerta

3 comentarios:

  1. Pareces parte del paisaje... y creo que esa es una virtud que no todos alcanzan. Ser parte de lo que a uno le rodea, con lo bueno y con lo malo, quizás sea la única forma de ser. Tu poema anterior "Cuando sea niña..." me ha gustado.

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  2. ha sido un placer leerte, un saludo desde el norte a esa bella tierra navarra.

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  3. otro para los dos, gracias a vosotros por entrar aqui...

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