Me encanta tu piel
oscura,
los rincones prohibidos de sal
cuando emerges en mí.
me
estremeces como garganta
quebrada por un gemido ahogado
sintiéndome pájaro libre
o árbol con ramas móviles.
Provocas riadas de silencios
mudos llenos de versos,
vestidos del placer que
mana tu boca.
Cerramos ventanas al
mundo,
oídos sordos a la
conciencia,
bocas que solo saben
hablar
cuando la nuestras
comparten aguas
y manos que sentencian
debajo de las faldas de
la piel
donde escribimos un mundo.
Marcos R. & Carmen
P.
... donde escribimos un mundo.
ResponderEliminarInsisto, preciosos y envidiados versos.
Un beso, azul, claro.
Gracias Francisco, me encanta ese verso...
ResponderEliminarazul sal amigo mío